Cuando a un dominicano se le pregunta: ¿qué hay de nuevo?, o ¿cómo estás?, éste, queriendo implicar que está entre bien y mal, responde con un refrán: "entre Lucas y Juan Mejía".
En el Seybo hay dos parajes, separados por un arroyo, que responden a los nombres de Lucas y Juan Mejía. En su obra "Cuentos y Cosas de mi Tierra", elescritor santíagués José Ulises Franco, brinda esta interesante anécdota acerca del orígen del popular refrán:
"Las dos secciones de los pintorescos lugares de Lucas y Juan Mejía están divididas por un estrecho arroyo de tan poca anchura, que cualquier persona puede saltar de un lado a otro sin grandes dificultades. En cierta ocasión, siendo Alcalde Pedáneo de la sección de Lucas el nombrado Vale Juan Mendoza, éste, deseando celebrar la fiesta de su cumpleaños se dió un jumo que lo puso más alegre que unas pascuas, metiéndosele entre ceja y ceja la idea de brincar sobre el arroyo de una sección a otra
-¡Agora estoy en Juan Mejía!
-¡Agora estoy en Lucas!
-¡Agora estoy en Juan Mejía!
-¡Agora estoy en Lucas!
Y cada brinquito que daba se da un trago, riéndose a carcajadas en medio del gran alborozo de numerosos curiosos que aclamaban desde la orilla opuesta del arroyo, pero al dar un salto tuvo la mala suerte de caer al agua, lo que dió lugar a que los curiosos le chotiaran gritándole:
- Y agora donde está Vale Juan?
Vale Juan respondió muy ceremoniosamente:
- Agora?..... Agora estoy entre Lucas y Juan Mejía... "
En unos exquisitos versos del también santiagués Agustín Aybar, publicados en La Información de Santiago, el 27 de junio de 1942, e insertos en el "Refranero Dominicano" de don Emilio Rodríguez Demorizi, hay otra versión acerca del origen del popular refrán:
De la medía noche al día!
y metido en bembechiva,
Regreresaba Pedro Riba
del lugar de "Juan Mejía"
a "Lucas", donde vivía
como mucho había bebido
en la fiesta donde estaba
de la "jumera" pitaba,
y como bien es sabido
que a todo el que está "subido"
se le ocurren sinrazones,
de tumbos en tropezones
llegóse a un pequeño arroyo
que serpenteaba entre un hoyo
circuido de pedregones
Al ver aquel arroyito,
casi sin agua, chiquito,
Pedro declamó admirado:
"Que mi Dio sea alabado
y su jijo Jesucrito!.....
Miren que 'te arroyiningo,
tan sin agua y chiquiningo,
tenga aqui la pretensiones
de debedí do sesione!
Con un solo saitiningo
me traslado agora a Luca,
y como a mi na'me ofuca,
apuesto a que boibería
di'otro saito a Juan Mejla!
Y así se puso el borracho,
todo vuelto un mamarracho,
yendo de un lado a otro lado,
saltando, sin gran enfado,
y diciendo: En Luca toy!....
Pa Juan Mejía me voy"....
Pa Luca bueibo otra ve"
"En Juan Mejía me tie ute
y tanto Pedro Saltó
de una orilla a otra orilla
que por razón muy sencilla
el equilibrio perdió,
y largo a largo cayó
en medio del arroyito.
Una vieja del lugar
que había bajado a lavar
muy temprano unos trapitos,
al ver caer a Pedrito,
a quien en su empeño oyó,
con picardía le gritó:
Oigase, Pedro María,
ute me podría decí
en que sitio ta ute ahí?....
"Como no, Siña Sofía....
entre Luca y Juan Mejia....!"
(Tomado de un artículo de Juan Daniel Balcácer en la revista Ahora No. 681 del 29 de noviembre del año 1976.)
Interesante articulo fascinante
ResponderEliminarLuca y Juan mejia que historia, que dicho caramba qué rico no?
ResponderEliminarGracias, muy bien!!!!
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